Protagonista

Porque salimos del escenario y, abriéndonos paso entre el patio de butacas, alcanzamos a encaramarnos a los palcos. Con la jaula de los monos a nuestro alcance, aflautamos la voz y bizqueamos, armamos el brazo, y arrojamos cacahuetes y melones piel de sapo. No cunde mucho el pánico, nuestros primates son hoy estoicos y eslavófilos. Por mi parte, aprovecho la confusión para dirigirme hacia la mademoiselle cuyo irónico rictus había interpretado yo como calabazas y, aprovechando que ésta sigue incólume, con las no escasas nalgas bien aposentadas, la enfrento cuan largo soy y le hago visajes y cuchufletas. Se ríe. Me río. Somos, sospecho, tontos.